Todos los ojos están sobre Pensilvania. El estado, a medio camino entre Washington y Nueva York, que presume de ser la ‘piedra angular’ de la unión puede tener la llave de las elecciones presidenciales del 2020. Joe Biden juega con ventaja como ‘héroe local’ de Scranton, la ciudad en la que nació hace 77 años. Donald Trump parte con el impulso de su victoria sorpresa sobre Hillary Clinton hace cuatro años. Los dos candidatos han decidido quemar aquí sus últimos cartuchos, separados por apenas cinco puntos en los sondeos locales (49% a 44% a favor de Biden, según el Muhlenberg College poll).
“Pensilvania es algo así como el microcosmos de Estados Unidos”, advierte el profesor Michael Hagen, de la Temple University. “Las divisiones culturales y geográficas, entre las ciudades y las zonas rurales, se han hecho más patentes en los últimos años y son casi perfectamente identificables en el mapa”.
